«Los hijos ahora están infinitamente más sobreprotegidos y mimados, y cuando llegan a la adolescencia es como si no se dieran cuenta del esfuerzo brutal que han tenido que hacer sus padres para que ellos tengan esa vida. Yo creo que debe de ser más difícil ser madre. Hay ciertas personas que se han dejado la vida para darles a los niños todas las maquinitas y la ropa, y cuando llegan a los 15 años, padres e hijos están muy distanciados, y es una pena.»